martes, 25 de octubre de 2011

y la primera siempre es la q cuesta

El exilio
El día de su cumpleaños número 32, Alexis Mazeti se estaba casando y para ello convocó a una fiesta con más de doscientos invitados, al club social de la ciudad de Corrientes. El alto nivel de exposición, la gran cantidad de conocidos o amistades ocasionales, mas el hecho de que era el ultimo del grupo de ocho amigos que se casaba, motivó a que la pareja se vea obligada a suprimir y recortar potenciales invitados, ya que caso contrario y sobre todo por la intensidad de las relaciones sociales de Alexis, hubiera llegado a una cifra cercana a los 500 comensales.
Para la gran mayoría (los que no lo conocían a fondo, y solo eran clientes-proovedores o amigos de las noches), y tras solo ocho meses de noviazgo, la decisión de Alexis podía verse como apurada. También había en ello cierto dejo de comentario racista al mejor estilo de la provincia, ya que querían dejar a trasluz que Maite, la mujer de Alexis, no era una mujer económicamente apta para estar con el y buscaban instrumentar con el tiempo, el bendito tiempo, con el pretexto del tiempo y la falta de conocimientos que podía haber el uno con el otro, un obstaculo para hacerlo desistir en su opinión. Alexis claro está y tal su carácter solo atinaba a responder con sonrisas o comentarios de ocasión, sabia en el fondo que esos comentarios solo provenían de sujetos que compraban su condición de clase en bufetes de abogados, o que buscaban misericordia y escape de sus pecados en putas de 13 años (regenteadas por ellos) o en confesionarios eclesiásticos, de donde la gran mayoría provenía. Eso Alexis lo sabía, sabía que eran cloacas, cloacas que buscaban ser feudales y conservadoras, y que despreciaban el amor verdadero. Pero Alexis era incapaz de enojarse, siquiera de mirarlos mal, y evadía los comentarios insidiosos, muchas veces con argumentos de que la familia de Maite, esperaba una herencia por llegar de Italia, y que años atrás tuvieron una buena posición económica, pero el menemato los había llevado a la quiebra. Alexis estaba al tanto que sus respuestas eran lamentables, peores que las propias preguntas, pero no le daba mayor importancia al asunto y seguía como si nada.
Sus amigos de toda la vida, por el contrario eran felices con la decisión de Alexis, ya era hora de sentar cabeza, de tomarse las cosas más y en serio y tras pasar varios meses examinando a Maite, y si está se encontraba dentro de lo podemos llamar canones tradicionales (señora en las fiestas, reina en la cocina, puta en la cama)- muchos de sus amigos postulaban todos los postulados progresistas habidos y por haber, sin embargo se seguían rigiendo por los pensamientos transmitidos de generación en generación, como toda provincia- coincidieron en que era una buena minita, y que lo iba ser feliz al Alexis.
Gran parte del casamiento transcurrió sin hechos que se puedan considerar significativos, siquiera relevantes. Maite llevaba puesto un vestido celeste muy elegante, hecho casi a la medida de su metro setenta y sus 60 kilos, que le permitia apagar y bajar la intensidad del tono amarillo de sus cabellos; su rostro al natural y sus ojos verdes eran combinados con una ligera sonrisa, una sonrisa de quien se sabe victoriosa, y unos tacos blancos con una larga punta que por allí parecían demasiados grandes. Alexis por el contario y pese a que por esa fecha se encontraba superando los 100 kilos, llevo una incombinable etiqueta color violeta, ambientada con galera y bastón. La orginialidad o sus ganas de romper una estructura (que estructura rompía, si se ligaba en matrimonio) no provocó sorpresa, sino que gran parte de los asistentes, como si Alexis les hubiera invitado la invitación ,con la foto de su vestimenta, no sintieron ni siquiera vergüenza o comentarios ofensivos hacia una persona. El sin sabor de su presentación, tomó de improviso a Alexis, que se veía fuera de los cabales en no ser el centro de atención, que siempre era, y que ahora pasaba en manos de Maite, que sencilla y con vestimenta industrial, lo apagaba, lo remplazaba, por lo que adopto mas bien un papel frio y hasta con desprecio a la totalidad de sus invitados. …También es mi cumpleaños, un poco mas de humor hijos de puta, comentaba para si mismo
Por un retraso imprevisto por parte de los malabaristas, hubo un trueque de eventos, y el espectáculo circense fue corrido, para dar lugar a la publicación de imágenes y momentos felices de la pareja. Para Alexis era una pérdida de tiempo, algo chabacano (si el decía chabacano, burdo, zoes y ese tipo de muletillas), pero a Maite le parecía fantástica la idea, nueva, con vida y alegría. Alexis era reacio a todo ello, y decía que muchas fotos de su infancia, adolescencia y años de estudiante se habían perdido, o bien no eran buenas fotos como para mostrar a terceros, ni siquiera amigos, cosa que a Maite, le pareció un pretexto muy malo, y Alexis no tuvo otra opción que ceder frente a los retratos en 3D, que lo reflejarían a su mayor intensidad.
Las fotografías de la pareja eran mas bien pocas y mostraban una cotidaneidad enfermiza de las ciudades del interior, no había viajes, no había aventuras, solo fotos en bares, cocinas, dormitorios, pasillos y jardines de amigos, pero sin vértigo, carentes de adrenalina o propias de la quietud, de la conservación permanente de la que forman parte todos los habitantes de las capitales de provincia. Cuando llego el turno de exhibir a Maite, mas bien resultaron pocas las fotos si se las compara con la intensidad de la mujer a ser observada por doscientas personas; ninguna de chiquita-alguien del fondo sugirió que tal vez porque esa negra jamás tuvo cámara- pocas de la adolescencia (Maite era anoréxica y su juventud no había sido un buen transito para ella, de hecho en su cumpleaños de quince había intentado tirarse de las escaleras del salón alquilado para la ocasión) y las restantes con Alexis, y su grupo de amigas (nuevas).
Alexis, y con la sorpresa reflejada en el rostro de Maite, cargó más de doscientas fotos de el, y fue quien se encargo de compaginar año por año, cada una de sus fotos, que el editor obedeció desde el comienzo. Si bien por momentos se hizo tediosa la visualización, era tan querible Alexis, que ver sus imágenes generaban alegría, ganas de haber vivido con el todos esos momentos, de haber sido como Alexis Mazeti en cada uno de esos pasajes. Cada año contaba con 12 fotos promedio, siendo los mas abundantes en cantidad, los años 2003 en adelante. Alexis por allí no tuvo en ese momento ese descuido, ni tampoco creía que alguien lo podía hacer notar. Luego de los aplausos y las palabras de rigor, baile de ocasión y fotografías con cada una de las 30 mesas, Alexis fue hacia la barra y pidió un Jack Daniel´s doble, necesitaba un poco de intimidad, ganas de festejarse asimismo su cumpleaños y desearse buenos augurios en su fiesta de casamiento, de darse seguridad y porque no, de analizar porque había olvidado de manera tan prolija dos años de su vida, su vida en definitiva fueron esa ronda de fotografías.
Con los ojos un poco llorosos, y mas rojos que los habituales grandes ojos que el Gringo Alexis, tenia siempre, se sintió melancólico por primera vez en la noche, pero con una melancolía como si fuera mas bien una saudade, y no una tristeza rioplatense, pese a que Alexis no sabía distinguir la una de la otra.
Cuando Juan Ignacio Gualdo, su amigo de los 12 años vio que estaba con una botella de Jack, se aparto de su mujer y del resto de la pista de baile, y fue en búsqueda de su bebida favorita y de un rato de intimidad, con su amigo. Gualdo a modo de burla (una burla muy a la Gualdo, obvia, retorica) le preguntó porque lo único bueno, novedoso, que había hecho en su vida como su viaje a Australia y Nueva Zelanda, y las escenas del mismo en pleno 2001 y 2002, cuando un país se consumía a si mismo, no habían sido puestas en todo ese bodrio. Mazeti vio en Gualdo, primero como a un borracho queriéndose hacer el gracioso y respondió con evasivas, pero después vio en Gualdo bajo la forma de un psiquiatra, de un medico, y lo vio caminando por manicomios, caminando y llevando en el regazo a locos, y que el estaba allí, pero no estaba con los locos alegres, los locos que Gualdo amparaba, sino aislado, dejado de lado por Gualdo. Era de buen beber y notaba que no era el alcohol quien provocaba sus incipientes alucinaciones, era como si Gualdo le hubiera traído a la barra donde cómodamente estaba sentado un pasaje de ida en servicio semicama, a sus recuerdos perdidos, a su propia podredumbre, a esos años que tan bien los había olvidado, de los que pocos sabían. Esos dos años sin que el todavía tenga una respuesta clara, decidió encerrarse en su departamento, con ganas de olvidar y de ser olvidado. Y eso era lo que lo angustiaba, el porque, que lo había llevado a eso, estaba seguro de haber cambiado, pero que lo llevo a tamaña idiotez (vista en el tiempo), que quiso probar, a quien intento seducir con esa estrategia.
Camino arrastrado hacia el baño y como si no fuera Alexis, sino Maite a los 17 años, se metía su rubia mano, una mano blancuzca y arrugada, de lleno en la boca, como placebo, intentando sacar eso guardado, deseando que su vomito le de respuestas a sus preguntas e inquietudes internas y mientras veía a su bilis que caía, a dos litros de jack daniel´s decorando los interiores del minúsculo baño, comenzó a elaborar disitntas teorías sobre cuáles fueron los motivos- si es que hubieron- a llevar a encerrarse dos años cronológicamente exactos en un departamento del Barrio Nueva Córdoba, de la Ciudad de Córdoba. viviendo desde el 3 de enero del 2001 al 3 de enero del 2003, en un departamento de 35 metros cuadrados, sin balcón, que tenia un ventanal importante sobre la Avenida Chacabuco.
Y como si esa espuma llena de vida fuera su propia vida, comenzó a recetar un breve poema de Osvaldo Lamborghini y acto seguido comenzó a interrogar a sus propio vomito, las razones de su exilio interior. El vomito del inodoro, con la condición de que necesitaba refuerzos de la boca de Alexis, cada treinta minutos se ofreció a ayudarlo
A continuación una explicación surgida del propio vomito de Alexis Mazeti
A.M- Fue por amor?
V- No, no era ningún desamor, ningún desengaño, ningún rencor, si bien te habías separado de Mara, tu novia de los últimos tres años, a fines del 2000, la relación siguió siendo buena, e incluso Mara te ayudo en la mudanza, ya que vivian juntos, en un departamento en las afueras de Córdoba, amplio y confortable. Sin embargo Mara, aunque te ayudo con las cajas,  no se fueron juntos a tu casa nueva ya que, con ingeniosas respuestas, le dijiste que ibas a parar en lo de un amigo en común (no recuerdo a quien utilizaste como pretexto), y que una vez que pasen las fiestas, ahí si ibas a buscar un nuevo departamento. Es mas Alexis tu relación con Mara te estaba incomodando cada vez mas, y vos te ofreciste ir. No no quedate tranquilo que no fue ni desilusión ni tristeza
A.M- ¿Tenía miedo de alguien,. Algún delaer me quería matar?
V- Alexis si eras un paparulo en esa época, un día Gualdo y Pablito cayeron a la casa en la que vivías con Mara, prendieron un faso y vos asqueado le dijiste drogones de mierda, que sea la ultima vez que pase esto. Hasta ese entonces, jamás habías fumado y rechazabas toda alegoría cannabica. Miedo hacia alguien real que yo me acuerde ( en ese momento el vomito se sintió deshidratado y le pidió una dosis a Alexis, que este inmediatamente satisfació, con un olor muy agradable, dándole a vomito un refuerzo de Smirnoff sabor a cerezas) no tenias, digo hacia alguien con nombre y apellido.
A. M- Quise ser algún escritor, quise reflejarme en la vida y obra de algún poeta desesperado, quise ser un Andrés Caicedo suponte)
V- poesía, Caicedo, mártires, suicidio!!!, Alexis de que mierda hablas (la mierda es para el vomito su peor enemigo, su nemesis), hasta ese momento desde que llegaste a Córdoba habías leído alguno, tu vida transcurría entre salidas, bares, mucho juego de computadora, pero libros jamás. Tus padres los mas laureados intelectuales de la ciudad de Corrientes, se hubieran emocionado al extremo si veían algo parecido a poesía en tu casa. Lo que si es cierto mi querido proveedor, es que un dia fuiste al patio Olmos, entraste a un yenny (era imposible que conocieras otra librería) y gastaste 400 pesos- dólares de antes- 1600 de ahora, y te llevaste una colección de 2666 libros, variados , mezclados, asesorados por ese vendedor que vio en vos a los aliados desembarcando en Normandía, ya que con esa comisión que le dejaste, el si y de forma real pudo vivir bien los años 2001 y 2002, a diferencia de los demás.
V: Sin embargo fue admirante tu actitud de habértelos leído a todos. Primero te dedicaste a la lectura de los¨clásicos¨, te interesaba saber porque se definían como tales, y es así que los primeros meses te devoraste a Joyce, Durkhein, Kafka, Unamuno, Baudelaire. Muchos te causaron repulsión y  te resultaron cansadores hasta el hastío, por lo que a fines del 2001, mas de cien clásicos de la literatura universal, fueron arrojados de forma muy paciente por vos, desde el ventanal inmenso que miraba a Chacabuco. Con la literatura latinoamericana, tuviste una actitud particular, si bien en un primer momento te fascinaron (Vargas Llosa y García Marques sobre todo- hasta los hacías una sola persona), después te cansaron, te agotaron,  te causaron un mal humor que te duró cerca de dos meses y tu solución para acabar con el malestar que sentías, fue escribir en los azulejos negros de tu baño, que solo un ser absolutamente despreciable, alguien sin patria ni bandera, puede escribir MIERDAS, como Rayuela, Ciudad y los perros y Cien años de soledad. Para mi asombro, autores menores o que no son para nada de mi agrado como Pizarnik, Aira, Lamborgini o Copi, te parecieron sensacionales, al extremo que esa mancha que tenes en el cuello, no es un tatuaje de una letra china que te hiciste, sino que son las mismísimas iniciales de Cesar Aira, pero dadas vuelta.
 A.M:- Interesante! ¿Pero tenía contacto con alguien, como compraba las comidas, pagaba las cuentas, etc?
V:- Fácil. A tus padres les dijiste que estabas mal, que la separación te había hecho muy mal, y  que por un tiempo no ibas a ir a Corrientes y no querías que ellos vayan para Córdoba. Tu madre lo interpretó como que tenías agarofobía, y no te molestaba, limitándose solo a llamarte cada domingo al mediodía. Hasta cierto punto tu actitud fue bien recibida por tus padres, ya que estaban por separarse y que vos te hayas salido del medio, fue un alivio. Con respecto a la alimentación mi querido amigo, fue sencillol, ni bien descubriste que podías hacer compras por Internet (pasabas muchas, demasiadas horas, sobre todo los sábados), hacías el pedido, te dejaban en portería, y a otra cosa. Sin embargo tu reclusión no fue tal, todos los días a partir del segundo mes, te visitaba Luisito.
A. M:- ¿Y quién era ese vago Luisito?
V:- Era el portero del edificio. Un tipo bastante mayor, muy alto y flaco, demasiado flaco: muy callado y retraído que hacia 18 años era portero, mas o menos desde la época en que se inauguró el edificio, como la mayoría de los edificios de ese barrio muerto que es Nueva Córdoba. Una persona a la que todos los vecinos señalaban como un mal tipo, como un hijo de puta, que generaba intrigas y conflictos entre la vecindad, incluso varios hablaban que años atrás había abusado de dos viejas y que tenia como costumbre matar palomas que merodeaban por  su departamento y posteriormente las guardaba. Mas allá de todo eso, desde el primer día en que te vio Luisito sintió fascinación por vos (no mal pensado no, no le parecías atractivo!) se puso a tu entera disposición. Era como si el portero del edificio sabía que vos ibas a vivir a ir, que ibas a elegir ese piso, y hasta como que sabia que te ibas a decidir recluir en tu casa. ¡Parecía un vidente el muy culiao! Primero dejo pasar los días pero como si el mismísimo hijo de puta ya tenia de antemano todo una estrategia para cuando vos, llegaras, al quinto día arrojó debajo de la puerta una nota prolijamente escrita, en un papel que olía a menta, al olor de las sierras puras de Córdoba, antes de que el turismo de provincia las invada en el verano, donde decía que te entendía lo que vos hacías, que no te preocupes por nada, que confíes en el, que te iba buscar la comida (el fue el quien te dijo para comprar  on line), y que si necesitabas pagar alguna cuenta, expensas, el estaba en condiciones de realizarlo. Finalizaba la nota pidiéndote disculpas por tal atrevimiento, pero desde el día que te vio te vio a una persona de buen corazón, con valores, y que además le habías traído suerte (o eso interpretaste) . Y vos primero pensaste que era uno de esos tantos homosexuales solitarios, que aprovechaban de esos cuerpos hambrientos que iban a estudiar a la capital cordobesa (la capital del interior), pero después cambiaste de percepción y decidiste que necesitabas un aliado para llevar tu plan y de esta forma no terminar quedar encerrado viendo la televisión de aire de Córdoba, por lo que luego de una respuesta epistolar de tu parte agradeciendole por su gesto- le permitiste que te visitara, primero una vez por semana, luego tres, hasta terminar todos los días a las 10 de la mañana a ir a tomar unos amargos, y por la noche, alrededor de las ocho.
A.M:- No recordaba a ningún Luisito, portero, encargado, vos no me estas mintiendo ¿no? Tenemos un pacto! Me resulta raro una cosa, nadie se preocupó por mi, nadie pregunto por mi, nadie me vino a visitar?
V:- Tranquilízate pichón!. Empiezo por la ultima pregunta, muchos amigos no tenías en Córdoba, ni tampoco ellos te iban a visitar en tu casa anterior. Con respecto al resto, tus padres dijeron ante conocidos, parientes, amigos, amigos tuyos, que habías decidido irte a vivir un año a Nueva Zelanda, ganar algo de guita y después viajar por el mundo. Algo difícil de creer por tu sedentarismo que siempre tenías hasta esos días y que luego desaparecieron para siempre, pero tampoco ninguno de tus amigos o conocidos (que no eran mas de quince) estaban en condiciones de hacer un viaje igual que el tuyo, siquiera viajar a caerte de sorpresa a la ciudad mediterránea. Recorda que vos te hiciste una persona extremadamente sociable, recién cuando volviste de Córdoba a Corrientes.
A.M- Todo muy bien lo que me contaste, pero me resulta in entendible, hasta aburrido y sin algo que tenga vínculo con lo que me pasó, y porque carajo perdí dos años de mi vida encerrado en un departamento
V- No seas tan primitivo Alexei, lo que te pasó no tiene una respuesta, fue algo espontáneo que te surgió, probablemente nunca lo sepas, pero gracias a eso cambiaste, mejoraste, te dio confianza recluirte y matear con tu portero por 800 días. Después de eso, saliste renovado, comenzaste estudiar, te recibiste de filosofo, comenzaste a salir, a mejorar tu vida social, a ser considerado el niño mimado de las artes del litoral. Pero sabes que fue lo importante Alex, que la vida de un autentico hijo de puta, de un miserable sin vergüenza, termino de morir el día que vos decidiste irse de ese departamento.
Luego a decir eso, y pese a que Alexis, desesperado por continuar la charla (ya esa altura había vaciado por completo su estomago) se tomó su propio desperdicio con tal de prolongar la vida del vomito, pero este ya para ese entonces había desaparecido. Alexis luego de un buen tiempo de estar arrodillado, se levantó, fue al lavado y se enjuagó la boca que estaba bastante pastosa. Finalmente se higienizó la cara, principalmente los ojos que parecía que también los había vomitado, de lo amarillo que se encontraban. Luego de ello volvió para el salón, que como si hubiera sido cómplice de su encierro en el baño, lo recibió como si el tiempo se hubiera detenido, en el momento mismo en que comenzaba el fotomontaje con los momentos íntimos de la pareja
La felicidad fue la presente durante toda la noche, ¡ah si tan solo hubieran visto a esa pareja como se querían, como se querían, como se ilusionaban!. Terminaron cansados, fueron al hotel y allí iban a  prepararse para la luna de miel.
Poco antes de viajar Maite, sufrió una descompostura, aparentemente una hepatitis, y quedo en reposo durante los próximos meses. Los primeros días Alexis se mantuvo incondicional a su lado, pero al séptimo día, fue hasta la terminal de ómnibus y viajo a Córdoba. Durante el viaje y casi arribando a su destino pensó en ir a visitar a Mara, a la que por ninguna razón valida no invitó a su casamiento, sin embargo le pareció que no tendría un justificado o una excusa sustentable, como para aparecerse después de tanto tiempo, y desechó esa idea. Decidió que lo mas conveniente era ir a vagar y caminar por esas calles que lo habían recibido hacia mucho tiempo atrás y que el por dos años, las olvidó por completo, les dio la espalda.
A los dos días de haber salir de su auto reclusión, allá a comienzos del 2003, Alexis se fue a Corrientes, y hasta ese momento, no habia vuelto a regresar. Le pareció apropiado ir a desayunar al bar de “Gustavo”,  aquel que tantas resacas le había sacado mediante sus cafés con leche, que te quemaban la boca de una forma que todo recuerdo al alcohol, se evaporaba rápidamente. Los mozos de los que era compinchi no estaban más, pero no le dio importancia y se pidió dos tazas de café con leche y facturas de membrillo. Como no tenia ganas de pensar, pidió el diario y le trajeron la Voz del interior. Luego de hojear de forma mecánica las primeras hojas, comenzó a leer de manera detenida la página 8 perteneciente a la seccion policiales. El titulo de la nota mencionaba que el dia anterior, se habia registrado un suicidio de un hombre de 81 años en el barrio de nueva Córdoba. Aparentemente el suicida no seria otro que Luis Riera, alias Luisito, alias pichon, alias vivorita, general retirado y ex jefe del grupo de batallones la perla. El general se encontraba apunto de ser procesado por estar acusado de la tortura, secuestro y desaparición de aproximadamente 2666 personas desde 1976 a 1981. De acuerdo a las primeras investigaciones continuaba diciendo la nota, Riera aparentemente se encontraba recluido en su domicilio, dese aproximadamente dos años. Finalmente concluía la nota, en su domicilio fue encontrado una persona de unos 30 años, que padecía una deficiencia psico motriz y que seria hijo de la victima. El joven aparentemente llamado Alexis, de acuerdo a comentarios de los vecinos del edificio, se encontraba encerrado en su cuarto desde el año 1984.
Alexis bebió dos grandes sorbos de su taza, se levanto y empezó a caminar rumbo a la terminal.







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